La Asbestosis es una enfermedad pulmonar crónica grave, causada por la inhalación de partículas de asbesto durante un periodo determinado. El asbesto es un compuesto de silicato fibroso que antes se utilizaba mucho para fortalecer y reforzar materiales de construcción, como aislante y por su elevada resistencia al calor en las superficies sometidas a fricción. Los peligros de la inhalación del polvo del asbesto procedente de estos materiales sólo se detectaron después de que muchos trabajadores hubiesen sufrido la exposición durante años. Esto fue debido a que los cambios pulmonares son muy lentos y los síntomas aparecen entre 20 y 30 años después. Las partículas de asbesto inhaladas quedan retenidas en los pulmones y no son eliminadas de forma eficaz por la acción limpiadora normal del sistema inmune. Los cristales desencadenan una reacción irritante en los tejidos, y se produce una red de tejido fibroso fino, lo que se conoce como fibrosis intersticial difusa. Esto conduce al engrosamiento y a la formación de cicatrices en los pulmones y a una interferencia progresiva con la difusión de oxígeno hacia la sangre y la salida de dióxido de carbono de ésta —que es la función pulmonar principal. El primer síntoma de la asbestosis es el acortamiento de la respiración, que con el paso del tiempo aparece con esfuerzos cada vez menores. La oxigenación inadecuada de la sangre y la elevación de los niveles de dióxido de carbono desencadenan un reflejo automático de aumento de la frecuencia y profundidad de la respiración. Se produce también un empeoramiento de la tos y una sensación de opresión en el pecho. La asbestosis puede progresar hacia una insuficiencia respiratoria en la que el aporte de oxígeno es tan pobre que el paciente está jadeante y azul (cianótico), incluso cuando guarda reposo en cama. En esta fase la radiografía de tórax muestra cambios característicos y los extremos de los dedos adquieren el aspecto de palillos de tambor. La fibrosis pulmonar puede conducir a una obstrucción tan severa al paso de la sangre que se produce una lesión cardiaca secundaria conocida como cor pulmonale. El diagnóstico de la asbestosis se basa en una historia de exposición al asbesto, la aparición de los síntomas clínicos característicos, la evidencia radiológica y, en los casos dudosos, la presencia de las fibras de asbesto en las muestras obtenidas mediante lavado o aspiración pulmonar. Desafortunadamente, no existe un tratamiento eficaz y por lo general la enfermedad acorta la vida. Las investigaciones han demostrado que las personas con asbestosis presentan también un riesgo elevado de desarrollar cáncer de pulmón, en especial si son fumadoras de cigarrillos.
FUENTE: ESPACIO COMUNAL FEBRERO 2011
1 comentarios :
La asbestosis por desgracia tarda mucho tiempo en "cultivarse" y es practicamente letal una vez avanzada, esperemos que se puede curar en un futuro.
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